En la jerga médica se las conoce por sus siglas en castellano DBC (dietas de bajo contenido calórico) y DMBC, (dietas de muy bajo contenido calórico) o también por las iniciales en inglés de "very low energy diets", VLED. En ambos planteamientos, su diseño nutricional está estudiado para aportar el 100% de los requerimientos de vitaminas y minerales, además de proteínas de alto valor biológico, dado que están contempladas para ser la única fuente de alimento y nutrientes durante el tratamiento que dure la pérdida de peso. La diferencia sustancial entre estos dos tipos de dietas es su contenido energético final. Las dietas de "muy bajo contenido calórico" se entienden como aquéllas que proporcionan entre 450 kcal y 800 kcal (o entre 6 y 10 kcal/kg) como única ingesta energética diaria, mientras que las dietas de "bajo contenido calórico" se diseñan por medio de una seleccionada combinación de alimentos y aportan un mínimo de 800 calorías hasta las 1.200 kcal. (Fuente: Consumer)
Un equipo de científicos españoles ha creado un chocolate verde que quita el apetito al instante. La novedad es una mezcla de cacao, jojoba y espirulina (un alga) que, según sus creadores, produce en el organismo de manera natural una sensación de saciedad después de consumir apenas uno ó dos bombones de 15 gramos cada uno.
Cuando se trata de perder paso, lo que se bebe puede resultar más importante que lo que se come, de acuerdo con investigadores del Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health.
Estos científicos examinaron la relación entre el consumo de bebida entre adultos y cambios en el peso y encontró que la pérdida de peso estaba positivamente asociada con una reducción en la ingesta de calorías liquidas y que éstas tenían un impacto más fuerte en el peso que las procedentes de alimentos sólidos.
Los alérgicos ya están alerta: ha llegado la primavera con sus molestos síntomas. La rinitis, el cansancio, la tos o la dificultad para respirar son las formas en que la nueva estación saluda a quienes padecen esta enfermedad.
Según la gravedad de la alergia será necesario o no acudir a los fármacos antihistamínicos, pero ¿nos pueden ayudar los alimentos a minimizar los efectos de este cambio? Sí que es cierto que existen ciertos alimentos que, en una persona con predisposición a sufrir una alergia, la pueden perjudicar. Hablamos de los ricos en un aminoácido llamado histidina, que al metabolizarse en nuestro organismo se convierte en histamina. La histamina es un mediador de los procesos inflamatorios que afectan a las alergias (no sólo a las de tipo primaveral), magnificando sus síntomas.
Alimentos a evitar:
vino tinto y alcohol en general
quesos curados
uvas
huevos
chocolate
embutidos
mostaza
salsa de soja
pescados ahumados
alimentos precocinados
Tambiém es aconsejable eliminar la leche o cualquier derivado lácteo. Se ha comprobado que hay ciertas proteínas presentes en este grupo que favorecen la secreción mucosa nasal, y en este caso el proceso alérgico la está aumentando.
A parte de esta medida, también conviene realizar un aporte extra de vitamina C, que se encuentra en grandes cantidades en frutas como fresas, guayaba, naranja, mandarina, limón y kiwi. En las verduras y hortalizas también es muy abundante, pero se pierde gran parte al tener que cocinarla, de la vitamina. Lo ideal sería escaldar (dar un hervor rápido) y dejar al dente el brócoli, las coles de bruselas, los berros, las espinacas, los pimientos…
Por otra parte, si entre los síntomas alérgicos se presenta el asma o la dificultad para respirar, convendría asegurarnos que los requerimientos de magnesio se cumplen en nuestra dieta, ingiriendo avena, lentejas, garbanzos, guisantes, almendras y salvado de trigo.
Con todas estas consideraciones dietéticas, un paquete de pañuelos a mano y un poco de paciencia, seguro que los alérgicos hacen su paso por la primavera un poco menos traumático.
'Una alimentación ¡sana para todos!' es el título de la guía elaborada por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dirigida especialmente a inmigrantes con el objetivo de proporcionar la información necesaria para que personas con culturas y orígenes diferentes puedan acceder a una alimentación sana y equilibrada en nuestro país.
Esta guía está dirigida a inmigrantes que viven en España, especialmente los que viven con su familia. Se han adaptado los contenidos para abarcar a los seis grupos mayoritarios en nuestro país: latinoamericanos, procedentes de Europa del Este, magrebíes, del África Subsahariana, de la zona indo-pakistaní y de China.
Mientras que en algunas partes del mundo la población apenas tiene qué llevarse a la boca, en Europa se tira el 20% de la comida, cantidad que se eleva hasta el 30% en EE UU. "Todos" somos responsables de esa situación. Y de ese todos no se libran, por supuesto, los grandes cocineros, quienes, en la medida en que "dictan la norma", han de incidir en un uso sostenible y sano de los alimentos.
El biólogo molecular Pere Puigdomènech (Barcelona, 1948), director del Laboratorio de Genética Molecular Vegetal CSIC-IRTA, pronunció ayer estas palabras en una abarrotada sala del Palacio Miramar de San Sebastián. Entre los oyentes estaban chefs de la talla de Juan Mari Arzak, Andoni Luis Aduriz, Pedro Subijana, Karlos Argiñano y Ferrán Adriá.Ellos y unos 200 colegas más cambiaron el delantal y los utensilios de cocina por el lápiz y el papel, para tomar buena nota de lasreflexiones de un grupo de científicos y pensadores sobre los alimentos. (Fuente: El País)
Los investigadores no pueden decir que esto equivalga a la verdadera depresión, porque varias criterios deben ser tenidos en cuenta para su diagnóstico, pero una pérdida de placer en actividades normalmente placenteras es uno de los síntomas más tipicos de la depresión psicológica.
Y la idea de que la sal es una sustancia natural que predispone a que mejore el estado de ánimo podría ayudar a explicar por qué su ingesta es tan tentadora, incluso cuando sabemos que contribuye a contraer dolencias cardiovasculares.