El cerebro de las personas obesas siente menos satisfacción al comer. Mientras comemos, el cerebro segrega dopamina, un neurotransmisor cerebral relacionado con las sensaciones placenteras; cuanto más nos gusta los que estamos probando, más dopamina produce el cerebro. Los obesos tienen menor cantidad de receptores de la dopamina en su cerebro lo que les obliga a comer abundantemente para compensar este déficit.