lunes, 3 de noviembre de 2008

Comer con ansiedad: más hambre y menos autocontrol


Las frustraciones personales, el estrés, la monotonía… son muchas las causas que pueden llegar a producir ansiedad. El problema aparece cuando esta ansiedad se convierte en hábito, repercutiendo en diferentes ámbitos de la vida, entre ellos la alimentación.

¿Qué produce la ansiedad?
Cuando uno tiene ansiedad, el cuerpo reacciona aumentando la liberación de glucosa a la sangre, y poniéndola a disposición del músculo, en respuesta a un estímulo primario que era el de salir corriendo al visualizar un peligro. Esta liberación de glucosa, predispone a que posteriormente
aumente la sensación de hambre.

Además, con la ansiedad y el estrés también se libera adrenalina y ésta produce que tengamos un menor autocontrol. Por lo tanto, con niveles altos de ansiedad, se puede tener
más hambre y menos autocontrol. Eso puede derivar en muchos casos a ciertos trastornos alimentarios u trastornos propiamente de ansiedad que hay que prestar atención.

¿Como con ansiedad?

Para saber si comemos con ansiedad sólo hace falta fijarnos en
el tiempo que tardamos en comer, nuestra capacidad de saborear los alimentos en su esencia y el control que tenemos sobre la alimentación. Por lo tanto, comer deprisa, sin saborear los alimentos y sin control es síntoma de comer con ansiedad.

¿Cómo puedo solucionarlo?

Si uno se da cuenta que el hecho de comer con ansiedad se ha convertido en un hábito, hay que tratarlo lo antes posible. La psicoterapia será la base del tratamiento ya que estamos hablando de posibles trastornos con una
base psicológica clara y que se manifiestan a través de la alimentación.

Es también importante el tratamiento con el
dietista que trabajará ciertos aspectos que ayudarán a estructurar la alimentación, a tener un mejor ambiente en las comidas y a mejorar el autocontrol durante estas.

Agnès Marginet
Nutricionista
ISEP Clínic Girona